Joséphine Baker, consagrada “inmortal” en el Panteón de Francia | El Nuevo Siglo
Conocida también como la “Venus de Ébano”, se unió a la lucha antirracista después de la II Guerra Mundial, siendo la única mujer en pronunciar un discurso junto a Martin Luther King.
Foto AFP
Martes, 30 de Noviembre de 2021
Agence France Presse

Coda final. La artista Joséphine Baker, figura de la resistencia contra la ocupación nazi y la lucha antirracista, se convirtió este martes en la primera mujer negra en acceder al Panteón de Francia, en una ceremonia “memorable” 46 años después de su muerte.

“Esta mañana es de alegría y excitación. Mañana será memorable”, dijo la víspera su hijo Brian Bouillon-Baker a la radio France Inter, subrayando que su madre, nacida en Estados Unidos y nacionalizada francesa, es un ejemplo de “fraternidad universal”.

La ceremonia, en el templo laico ubicado en el corazón del barrio latino de París, repasó múltiples aspectos de su “increíble vida”, toda ella “situada bajo el signo de la búsqueda de libertad y de justicia”, según la presidencia francesa.

“Francia me ha convertido en lo que soy y le estaré eternamente agradecida”, aseguraba la artista de music-hall, que también plasmó sus valores al adoptar a 12 niños de diferentes partes del mundo y formar su “tribu arcoíris” en el castillo de Milandes (sur).

Mujer Negra

La “Venus de Ébano” nació el 3 de junio de 1906 en Saint Louis (Estados Unidos) como Freda Josephine McDonald y, pese a haber crecido en la pobreza y la segregación y haberse casado ya dos veces a los 15 años, logró tomar las riendas de una vida única.

Nació de una madre amerindia negra y de un efímero padre de origen español. Creció entre miseria y segregación. Colocada como criada, dejó la escuela para casarse a los 13 años. Un fracaso.

A continuación, se unió a una compañía de artistas callejeros y dos años después de su primer matrimonio se casó en 1921 con Willie Baker. La joven abandonó su marido para probar suerte en Nueva York, pero conservó su apellido.

Baker logró integrar dos compañías en Broadway, antes de que una productora la convenciera de viajar a París con Sidney Bechet, músico de jazz.

El 2 de octubre de 1925, la bailarina afroestadounidense se convirtió en la vedete de la “Revue Nègre” (La Revista Negra) en el teatro de los Campos Elíseos y aceptó con reticencias aparecer con los pechos desnudos.

Esa noche, deleitó a los asistentes con su “danza salvaje”. Con un decorado de sabana, la artista interpreta un extraño charlestón en un arrebato de la batería de jazz, con una inmensa sonrisa.

“Impulsada por fuerzas oscuras que desconocía, improvisé, embriagada por la música, el teatro recalentado y lleno hasta los topes bajo el calor de los focos”, recordó.

El público se sorprendió al descubrir a esta mujer negra que jugaba con los fantasmas coloniales. En 1927, la artista brilló en el escenario del “Folies Bergères” vestida con un simple cinturón de bananas, acompañada de una pantera viva.



“Estrella escandalosa”

“Ella es consciente de encarnar 'la salvaje', pero inventará su propia forma de ocupar este molesto lugar”, explica la directora Ilana Navaro en su documental “Baker, primer icono negro”. “Alrededor de sus riñones, las bananas, símbolos racistas por excelencia, se transforman en trofeos fálicos”.

La primera canción que interpretó, “J'ai deux amours, mon pays et Paris” (Tengo dos amores, mi país y París), en 1930 en el Casino de París, la consagró como una diva.

“Si quiero convertirme en una estrella, tengo que ser escandalosa”, defendió con su acento estadounidense Baker, que llegó a pasear con una serpiente alrededor del cuello o con una cabra con correa.

Su representante Giuseppe Abatino, un siciliano que vivió con ella 10 años, le organizó una gira mundial. Pero en Estados Unidos, la acogida fue tibia.

En 1937, la “Princesa Tam-Tam” se casó con el empresario Jean Lion y se nacionalizó francesa.



 “Seres que nunca se apagan”

Joséphine Baker, que ya recibió en vida la Legión de Honor francesa y la Cruz de Guerra, se convertirá en la sexta mujer en convertirse en “inmortal”, como la física Marie Curie en 1995 y la artífice de la ley del aborto en Francia Simone Veil en 2018.

“Aquí estoy de nuevo, París. Hace mucho tiempo que no nos veíamos”. Con estas palabras empieza la canción “Me revoilà Paris”, que marcó el inicio de la ceremonia prevista a partir de las 17H30 (16H30) ante cientos de personas, 46 años después de su muerte.

Como marca la tradición, militares transportaron su féretro que sin embargo no contuvo sus restos, sino tierra de Saint Louis, de París, del castillo de Milandes y de Mónaco, donde vivió sus últimos días y donde seguirá reposando su cuerpo.

“Hay seres que nunca se apagan”, dijo el lunes Alberto II durante un homenaje en el Principado antes de su ‘panteonización’. El soberano retomo las palabras de su madre, Grace Kelly, quien fuera una amiga próxima de Joséphine Baker.

La ceremonia en París contó además con la proyección de imágenes y con la interpretación de su famosa canción “J'ai deux amours” (Tengo dos amores), antes del discurso del presidente francés tras el simbólico paso del icono negro bajo la inscripción “A los grandes hombres”.

Con la entrada a hombros de esta atípica artista en el Panteón, reservado casi exclusivamente a hombres --políticos, héroes de guerra o escritores--, Macron rompe con el habitual perfil de los “inmortales”, a menos de cinco meses de la elección presidencial.

Y, aunque la elección de Baker conecta con luchas recientes por una mayor visibilidad y una mayor defensa de las personas negras y de las mujeres en la esfera pública, el Elíseo aseguró que no hay ningún mensaje político detrás.

“Hubo realmente un consenso muy amplio alrededor de esta panteonización”, aseguró un consejero. Hecho poco común en una polarizada campaña electoral, de izquierda a extrema derecha, los diferentes candidatos alabaron su figura.

Además de en el cenotafio, su nombre quedará inmortalizado en el metro parisino que este martes agregará las palabras “Joséphine Baker” a la estación “Gaîté” (alegría, en francés). “Estas dos palabras van muy bien juntas”, dijo su hijo Brian a TV5 Monde.