¿Fortalecimiento de ilegales fue descuido o deseos de este Gobierno?: Valencia | El Nuevo Siglo
PALOMA VALENCIA, congresista del Centro Democrático por el Cauca, aseguró que cese al fuego permitió expansión territorial de los grupos armados ilegales // Foto.- El Nuevo Siglo
Lunes, 29 de Abril de 2024
Redacción Política

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué es lo que está pasando en el departamento del Cauca en cuanto a orden público, violencia y criminalidad hoy en día?

PALOMA VALENCIA: El Cauca se volvió tierra de los grupos ilegales. Pareciera que el Gobierno hubiera convertido a ese departamento en una gran zona de despeje, donde son los ilegales los que mandan y comandan.

Lo que estamos viendo allá son las consecuencias del cese al fuego que fue utilizado por los grupos ilegales, no solamente para ampliar su dominio territorial, sino para hacer crecer su número de hombres.

Según la Defensoría del Pueblo, las disidencias pasaron de 230 municipios a 299. El Eln aumentó su dominio en 40 municipios y el Clan del Golfo en 14. Además, los hombres en armas en este año y medio del Gobierno de Petro aumentaron en 3500.

Hoy tenemos la misma cifra en hombres en armas que teníamos antes de la firma del acuerdo de La Habana.

ENS: ¿Qué medidas considera usted que deberían tomarse para neutralizar la ofensiva terrorista en ese departamento colombiano?

PV: Uno de los temas cruciales para lograr la paz en Colombia es erradicar los cultivos ilícitos y los negocios ilegales. Cuando los cultivos ilícitos y la minería criminal se dejan crecer como lo ha dejado crecer este Gobierno, renunciando a todas las políticas antidrogas y antiminería ilegal, los grupos ilegales están llenos de plata, que utilizan para tener más hombres y más dominio, a fin de generar más violencia.

La única manera de enfrentar a los grupos ilegales es cortándoles el chorro; al mismo tiempo, haciendo una profunda inversión social que aleje a la ciudadanía, sobre todo a los más jóvenes, de la tentación de pertenecer a esos grupos. Es necesario recuperar el estado social de derecho.

Cese al fuego

ENS: ¿Qué tanto ha influido en este tipo de violencia el cese al fuego decretado por el gobierno del presidente Gustavo Petro con las disidencias de las Farc por varios meses?

PV: Como decía, estoy convencida de que el cese al fuego fue unilateral. Ató de pies y manos a la Fuerza Pública, pero le permitió expansión territorial y reorganización y crecimiento en hombres a los grupos armados ilegales.

Se volvió un beneficio gigantesco para esos ejércitos, que no puede uno olvidar que son ejércitos de izquierda que respaldan el proyecto político del presidente Gustavo Petro, y que uno se pregunta si es descuido o es deseo de este Gobierno ese fortalecimiento de los ilegales.

ENS: ¿Han sido las políticas del Gobierno realmente eficientes para mitigar la violencia en el Cauca?

PV: Yo creo que el Gobierno no ha tenido políticas de seguridad. Hablan de una política de seguridad que escribieron, pero como todo lo de este Gobierno son todos discurso de papel.

Ellos consideran que lo que escribe usted en un papel se realiza solo, cuando en realidad, lo difícil de la política es hacer las cosas, no decirlas.

Pero ellos son los reyes de los derechos de papel, la paz de papel, la salud de papel, las pensiones de papel. Lo difícil de la política no es decir qué se quiere, es hacerlo.

ENS: ¿Cómo han evolucionado los frentes campesinos e indígenas por el tema de las tierras?

PV: El problema de las tierras en el Cauca está cada vez más severo y más agudo. Hay unos enfrentamientos interétnicos, hay enfrentamientos entre los grandes productores y las comunidades indígenas. Hay una crisis de gran calado y se hablan de nuevas invasiones en la ciudad de Popayán y de una andanada violenta de invasiones que se harían dentro del casco urbano de la ciudad.

Lejos de haber solucionado el Gobierno las tensiones en el departamento hoy en día se han ido agravando, con una percepción, además, de que en estos casos los invasores van a terminar prevaleciendo porque el Gobierno no tiene disposición de defender la propiedad privada de los colombianos, y mucho menos de los caucanos.