Los mensajes implícitos en muerte de Jesús | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Marzo de 2024

Hay eventos que sucedieron después de la muerte de Jesús en los que deberíamos reflexionar. Veamos:

La declaración del centurión romano, quien es parte de la maquinaria como uno de los ejecutores de su muerte y quien en su expiración dice: “Verdaderamente era el hijo de Dios”. Esta declaración hecha por este hombre acostumbrado a la muerte es sorprendente porque allí encontramos un reconocimiento a la verdadera identidad de Jesús, quien muere con sufrimiento y dolor para salvarnos, transcendiendo la humanidad, aceptando su muerte en la cruz como un Ser Superior y Único. Muerte de crucifixión signada para los convictos, asesinos y rebeldes. El evangelio de San Marcos describe muy bien este final.

Otro evento fue el temblor de tierra en el momento de su muerte y el que sucede en su resurrección, son señales de ser muy especiales en la vida del Señor. Este temblor abre las tumbas y tal como se anunció en el antiguo testamento, muchos hombres buenos resucitaron y dieron testimonio de su presencia apareciéndose en Jerusalén. Aquí se nos muestra lo prometido por Dios, si cumplimos sus reglas estaremos resucitando al final. La resurrección de los muertos es la demostración dramática del poder de Dios sobre la vida y su dominio sobre la muerte.

Otro acontecimiento es el momento en que el cielo se oscureció al medio día. Jesús acababa de morir, fue un momento de inflexión, de desagrado de Dios, como lo fue la oscuridad en la novena plaga de Egipto. No muestra un suceso normal, sino uno significativo, Jesús se carga el pecado del mundo en esa oscuridad, es el dolor y el luto de la creación quien reacciona con tristeza ante la gravedad del pecado, es el lamento, un mensaje único.  Antes de que ocurrieran cosas buenas viene la oscuridad que es esperanzadora. La oscuridad de la tumba de Jesús da paso a la resurrección. Los planes de Dios están ocultos en la sombra para emerger y darnos una buena vida. La oscuridad es el juicio de Dios sobre el pecado que nos deja en la oscuridad y con el arrepentimiento viene la redención de Dios. Jesús es Luz y Esperanza del Mundo. Juan 8-12 y Amos también la había anunciado en el antiguo testamento.

El velo rasgado en el templo de Jerusalén en el momento de su muerte es sorprendente, ya que este se desgarra de arriba hacia abajo, como si lo hubiese hecho un hombre. El velo era de un material fuerte y era ornamentado, este separaba el lugar Santo de los Santos o lugar de Dios del resto del templo. Solo el Santo Sacerdote podía entrar a pedir por nuestros pecados una vez al año.  Es como si dijera Jesús, el camino está abierto, todos tienen acceso directo a Dios. Es como si Dios quitara la barrera del pecado. Es la gracia de la fe para la salvación. Su sacrificio creo un camino directo para nuestra salvación.

La representación de la mujer y su papel en su ministerio también son notables. Cuando Él muere estaban las mujeres y cuando resucita son las primeras en llegar: María Magdalena, la madre de Zebedeo y otras. Nunca lo abandonaron, ellas representan la fe, la piedad y el compromiso.

Y, finalmente, menciono la preparación de su cuerpo hecha por José de Arimatea y Nicodemo. Preparan la tumba de manera amorosa y digna, respetando lo que Él significaba. La sepultura es el fin de la vida terrenal. Interioricemos todos los significados de estos eventos esta Semana Santa, generalmente olvidamos los mensajes que vienen implícitos en su palabra.