Desangre por coltán y colbato en Congo | El Nuevo Siglo
Martes, 5 de Marzo de 2024

La República Democrática del Congo es uno país que Dios dotó de incomparable riqueza natural y belleza, pero tristemente desde la época que fue colonizado por los belgas, su población se convirtió en pobre como fruto de la expoliación europea y la de China actualmente.

En el siglo XIX fue explotado por su caucho, en el XX por su uranio y ahora, por su cobre y coltán.

En el siglo 20 sufrió dos guerras civiles: la primera entre 1997 1999, debido al enfrentamiento de dos candidatos presidenciales Lissouba y Denis Sassou. En este conflicto intervino Francia por sus intereses con el petróleo.

La segunda guerra civil, en 1998, ha sido conocida como la guerra del coltán. Se le recuerda como la primera guerra mundial africana, por los nueve países que intervinieron: Uganda, Burundi, Ruanda, Angola, Chad, Namibia, Zimbabue y Libia. El número de muertos fue superior a los de la segunda guerra mundial, además de millares de desplazados. Se enfrentaron hutus y tutsis por la explotación del coltán, aunándose la influencia de los países participantes en la guerra fría. Los comunistas apoyaban a Patrice Lumumba, quien fue derrotado por Mobutu, convirtiéndose en dictador y derrocado por Laurent Kabila y por quienes le ayudaron USA, Bélgica.

Este conflicto terminó en 2003, muriendo cuatro millones de personas. En Pretoria se celebró un Acuerdo, que estableció un gobierno de transición. Las consecuencias fueron nefastas, dadas la hambruna, desolación, pobreza, falta de agua, medicamentos, violaciones y otros actos genocidas. 

La explotación de este mineral se utiliza para la seguridad y la autonomía de 400 kilómetros de los carros eléctricos y   para las pilas de celulares, evitándose así el calentamiento global. Hacia el 2035 la UE fijo la última fecha de transición. La Compañías compradoras son: Samsung, Nokia, Tesla, BMW, Volkswagen, General Motors, Apple y otras.

Las más importantes están situadas en Lualaba y el Alto de Katanga, en donde se explotan más de 15 minas industriales que producen 150.00 toneladas al año y esperan llegar a 200.000. La tonelada tiene un costo de $70.000 dólares.

En Kobziweensi cerca de Zambia, Glencore empresa suiza realiza su explotación, impactando el ambiente, secando los ríos y creando montañas de desechos cuyo polvo mata las tierras fértiles. Al igual que la empresa china- congolés Ensikomin. La fiebre de las minas artesanales se ha propagado dejando al minero, dos dólares por día para vivir. Muchos mueren en hundimientos de tierra o inundaciones de pozos. El 20% del coltán proviene de las minas artesanales y el 80% de minas industrializadas. Su producto y del cobre, es comprado por los chinos al menudeo directamente o en cooperativas, quienes corruptamente engañan en el pesaje, pagando sumas irrisorias por este arriesgado trabajo. El trabajo infantil es muy grande, los niños de 7 a 8 años trabajan para comer o pagar una matrícula escolar.

Hay una violación clara de los Derechos Humanos. Algunas ONG y Amnistía Internacional han visibilizado al mundo esta situación, siendo difícil identificar su violación en las etapas de la cadena de suministros. Se les han hecho análisis de sangre a los mineros, encontrando altos grados de cobalto y cobre y gases de uranio en los niños, produciéndoles cáncer, existe una clara afectación en la salud pública.

Su clase gobernante, entre ellos, Mobutu y Kabila, ha sido corruptos   llevando al Congo a una situación precaria y de pobreza, en vez de ser una nación prospera del África Central.